lunes, 18 de abril de 2016

Al principio y al final de la sucesión de un punto.







Sé que soy difícil, por eso intento negociar, dejar mi postura, encontrar un punto medio. Tú eres más simple, siempre veo a través de ti, e igual me lo complicas siempre.

Yo ansiaba por derribar estos muros, dejar las emociones libres para ese alguien… y hete aquí, guardando todo herméticamente.

Aprendí a ser paciente, que el cambio se da lentamente como el crecimiento de una planta. Tú quieres besar un sapo y se convierta en príncipe al instante.

Yo prefiero la realidad, saber la verdad aunque duela, que si necesitas algo no puedo dar vayas a conseguirlo a mis sabiendas; tu prefieres pretender todo está bien, lucir felices y satisfechos estando el otro presente, buscando festines tan pronto está ausente.

Mi cabeza es cruel a los detalles, la mínima diferencia hace a algo diferente; la tuya es tajante, si la base es la misma, el resto también.

Yo no olvido, pero he dejado ir. No necesito tener esto presente.

Tú olvidas, pero no dejas ir, el sentimiento te trae lo malo de vuelta muy constante.

Somos muy diferentes, y con esto no implico mejor o peor; que encajemos o no; que nos atraigamos o repelamos, ni siquiera lo obvio que simplemente no somos iguales pues es al grado de estar en los extremos de una línea que jamás se volverá circular.

Nos complementamos como el bien el mal; hasta peleamos igual.

Sin embargo… no estoy seguro alguna vez hayan estado juntos.

Para mí, es una cuestión lo suficientemente interesante para averiguar… para ti pues… una vez más…

Somos muy diferentes.





martes, 1 de diciembre de 2015

... aún...





Justo como dije: no he olvidado lo que espero o la espera misma… pero quizá olvidé todo lo demás. Como llegué a este desierto, qué es este árbol que sostiene mi peso. Por qué el cielo lleva tanto tiempo tan gris, pero igual se reúsa a brindar lo que quiero: lluvia. Ya ni siquiera creo poder reconocerla si algún día llega a caer.

“Solo espero que la espera, no desgaste mis sueños”.

Duermo muy bien en esta nada, afortunadamente es muy propia para soñar. Supongo era ya un ermitaño mucho antes de llegar aquí. Quizá yo mismo me aislé. Quizá esto es lo que mi esencia añora, y traer vida a este paisaje es meramente un capricho ajeno, una doctrina forzada en mí… pero no lo que va bien conmigo.

A veces se siente así, no creo algo sobreviva mucho tiempo aquí de igual forma. Pero me gustaría… al menos creo que me gustaría.

Graograman tenía un panorama multicolor y no estaba anclado a un árbol de esperanza, yo solo tengo eso… esperanza… por ti a veces prefiero sucumbir al miedo y otros bajos principios.

Muy bien, soy duro, es cierto… algo más ha ocurrido últimamente. No es el monzón en mi horizonte que trae de vuelta la vida a este jardín; no es la noche de San Juan precipitándose para decir “hola” en lugar de “adiós” como la última vez… no es mi acompañante predilecto al volver a casa que me hace por fin usar mi obligado paraguas. Es meramente una llovizna en comparación.

“Siempre preferiste la llovizna a la lluvia”.

No es nada que imaginé, pero algo es… y se siente bien. A pesar de todo se siente bien.

Puede,algún día tomar fuerza, quizá me sorprenda y crezca en algo incluso mejor a lo que esperé. O podría, a la larga, con constancia, tener ese mismo efecto deseado, aun si tarda más en aparecer.

Podría ser solo una broma cruel…

No lo sé… pero ayuda lo suficiente para dejarlo ser…



domingo, 22 de noviembre de 2015

Bloqueo de Escritor.



“Todo es más fácil cuando uno puede hacer lo que más le plazca”.

¿Entonces por qué rayos no me es todo más sencillo?

Estuve ahí con toda la gama de opciones, solo una excepción. Podía ir a donde quisiera… en teoría. Y fue tan difícil decidir. ¿Qué es más simple? Estar restringido a un solo camino y saber que no es tu culpa, que es solo como debe ser; o estar en el cruce de un sinfín de senderos y saber, que no todos son el correcto, y que si te equivocas, nadie más tiene la culpa. Solo tú.

Siempre he dicho que mejor me culpo a mí mismo e intento hacerlo mejor la próxima vez. Pero igual… no es sencillo.

¿Qué opción tengo?

Es lo que me pregunto ahora y la respuesta que tengo es la que necesitaba antes:

“Eres tú, puedes hacer lo que te plazca”.
Y por más que agradezca la fe y el ánimo que intentan brindar, no estoy seguro de aun poder aplicarlo… hacer lo que me plazca.

¿Qué me place? ¿Qué quiero hacer?

A este punto: escribir. Escribir todo lo que siento, lo que he guardado y amenaza salir en el peor momento; las historias que me hacían correr solo de niño; mi vida en sí. Quien sabe sí aún puedo lo último y en qué tiempo haré lo primero, pero al menos sé, el potencial siempre estuvo ahí. Quiero creer sigue aquí. 

No es solo cuestión de lo que te place, una musa debe llegar. Y no me refiero a conseguir a alguien en especial, pero una guía es necesaria.

Ni idea cual será la mía pero he aprendido a no buscarla, aprecio demasiado como ese golpe de inspiración llega a salvarme en mi vida. Después de todo, he tenido la fortuna de que mi vida sea la peor pesadilla de un escritor:

Una página en blanco.







viernes, 17 de abril de 2015

Domando dragones









Quizá es solo una espina que necesitas sacar, o quizá meterte. En cualquier caso, puedes contar conmigo.

Tranquilo, no hay nada malo en ello, y de cualquier forma nadie tiene porque saberlo. No pretendo que tu cabeza decore mi sala de estar, lucirte en mis noches de fiesta o que seas las botas soportando mi andar. Ni siquiera busco el tesoro que cuidas, aunque sería interesante saber que es.

Puedes bajar tu guardia dragón, sé muy bien como es, conmigo no tienes que ser tan fuerte. ¡Oh no! ¡Yo sé que eres fuerte! Pero ¿acaso no te vendría bien un descanso? Podemos tomarlo juntos.

Si alguien nos ve puedes culparme a mí, di que te engañé, que solo intentabas someterme en tu deber… que bebiste demasiado anoche. No me importa, mientras lo haga más fácil para ti.

Solo ven aquí dragón, extiende tus alas y relájalas luego. Respira hondo, deja salir ese fuego… cierra tus ojos.

Tu secreto está a salvo conmigo.




lunes, 8 de diciembre de 2014

Ohhh ¡Brilla!





¿En verdad es tan diferente sentir atracción por el intelecto de alguien en lugar de su apariencia?

La inteligencia se define como la capacidad de comprender las cosas, y así creas que es algo genético o consecuencia del entorno sociocultural en que una persona se desarrolla, no es algo que alguien pueda controlar. No es como si decidieras o trabajaras ser inteligente. Ni si quiera aplicando algo a la Picasso con su “todo niño es un artista” podrías decir que es algo más que suerte, y lo mismo aplica a la apariencia física.

Sigues admirando algo que en realidad no cuesta nada.

Entiendo que al menos tiene el mérito de tomar más tiempo para apreciarse pero aun así, no se compara con de hecho intentar conocer a un individuo sin estar buscando escusas para desarrollar una conexión o un sentimiento.

¿Dónde queda el uso que le da a su capacidad el sujeto?

Hay una diferencia entre las cosas por las que puedes sentirte orgulloso, y aquellas por las que tienes que estar agradecido, puesto que aun sin creer en una fuerza mayor tendrías que agradecerlo a las posibilidades. Si en verdad necesitas una excusa, mira a como a se maneja en general en su vida, como aprovecha lo que tiene y como se concibe a si mismo con ello.

Y aun así, sería crear admiración para después un nexo y eventualmente una emoción.

Solo conócelo, deja la química y los químicos fluir, pero distinguiendo los efectos de cada uno en tu cuerpo, en tus sentimientos, y en el trato que va entre los dos en cada momento.

No lo pienses, no intentes explicarlo…

Si tanto necesitas hacerlo, no estás viendo el panorama completo, o buscas justificar las partes que no te gustan en él.



jueves, 6 de noviembre de 2014

Y hablando de lo que es justo...



 


Un haz de luz dorada. Lo ves pasar junto a ti como estrella fugaz, evitándote por milímetros. Giras y ahí está, inundando los ojos de tu acompañante.

Sabes ya no será igual. Has estado del otro lado.

Sabes lo que es y cómo es: una flecha. La has recibido antes frente a alguien que probablemente ni siquiera pudo reconocerla volando hacía a ti o bien no le importó.

Pero yo he estado ahí… me importa.

Intentas hablar, evitar provocar a Anteros pero no hay mucho que hacer… no te escuchan. Incluso como amigos hacen insinuaciones, preguntan qué es lo que no tienen, te recuerdan como no quisiste lo que ofrecen y llegan a tus salidas con ellos luciendo su flamante trofeo extranjero con el que al parecer tienen mucho más en común pero no dejan de esperar por tu reacción.

Insisten en invocar a Anteros y no puedo culparlos pero él no necesita línea directa.

Dicen que el amor es ciego y quizá sea cierto pero no como todos creen. No tiene tanto que ver con apariencias, aunque lo involucre, es más bien una advertencia. Eros no tiene puntería.

Nadie se salva de él y nadie puede ser puesto bajo su arco a propósito. No hay nada que puedas hacer pero debes recordar cómo es estar en ambos lados; tener consideración. 

No aceptar no significa desdeñar. Anteros solo puede castigarme si te hago sufrir, no si lo que hago hace que tú mismo te hagas sufrir.

Lo que haces ni siquiera es justicia por mano propia, es vengarte de mí por intentar ser justo… honesto…

Contigo… conmigo…

Malditas cursilerías.



viernes, 8 de agosto de 2014

Lo que es justo.





Y me di cuenta de todos mis traumas en un solo momento, al mismo tiempo, frente alguien que acabo de conocer.

Frente a alguien que sé está dispuesto a algo más conmigo, cuando yo aún no me acabo de convencer.

Ha sido así desde hace un tiempo, cada vez más desde la pérdida… ahora lo sé, aunque al menos esta vez hemos llegado un poco más lejos.

No me he dado el tiempo de conocer a alguien en realidad, a la primera señal de algo que no me gusta pienso en “¿Para qué me engaño a mí mismo?” y no hay vuelta atrás. Siempre digo que necesito precisamente eso, tiempo, para conocer más, para intentar lo que podría pasar, pero no lo encuentro justo.

Yo estaría bien, si resulta en verdad no es para mí, pero estando el otro tan convencido desde el principio ¿No sería como ofrecer manzanas de Sodoma? ¿Muestras gratis de un producto que quizá no estoy dispuesto a vender?

Si el inseguro soy yo, nadie más tiene porqué pagar las consecuencias, así como no tienen porqué contener todo organizádo dentro de sí como yo para encajar conmigo si no está en su naturaleza.

Sería genial estuviera en su naturaleza, pero no para complacerme.

Soy un caos en orden, porque conozco los motivos por los que soy así; soy cruel con los recuerdos y detalles al grado de etiquetar y clasificar para almacenar todo en su lugar donde solo yo sé de su existencia… pero igual privándolos de libertad. 

Por suerte algunos se convierten en poesía; por naturaleza aún así afectan mi andar.

Debo averiguar si en verdad he hecho lo correcto o si solo me he engañado a mí mismo tratando de no engañarme a mí mismo. El único modo que sé es entrando al caleidoscopio de perspectivas y sé bien no es para ti… no es para nadie… no debes seguirme ahí…

No debes esperar por mí.