¡No me hables de vulnerabilidad! de bajar tus defensas por
“alguien especial” ¿No has escuchado las historias? Esta especie vive, y es
reconocida por ello.
Somos unos en el mar, donde debemos trabajar duro si
queremos alimentarnos. Cada vez hay menos tiempo para sentimentalismos cuando
creces y sin embargo, cada vez los necesitas más.
Así que aspiramos a las alturas, a la superficie, donde se
dice puedes dejar de lado esa segunda piel, decir adiós a esas pretensiones
completamente, caminar erguido en dos pies y con suerte, atraer a alguien que
se robe dicha piel, te acepte como eres sin ella y no tengas que preocuparte
por eso otra vez.
Sé que no soy del todo como ellos, que jamás he podido
desprenderme del disfraz de foca completamente, pero para mí no es tal cosa en
sí. Debo mantener las cosas separadas, pero no encuentro necesario ocultarlas.
Está bien que la foca tenga emociones, aun si no el que afecten su nado.
Puedo tornarme humano, yo también escapo de vez en cuando a
tierra firme pero no recuerdo haber dejado la fría cubierta tras mis pies, solo
darle una nueva forma y actuar como siempre… bien, no exactamente: aquí tengo
manos para escribir y voz para cantar, pies para no tener que seguir una
corriente y una postura erguida para ver bien por donde voy.
¿Por qué elegir seguir la tradición aquí también? Diferente
a la del océano pero igual un patrón a seguir. ¿Por qué dejar dicha cascara tan
ingenuamente a ser encontrada cuando puedo elegir quien tiene la oportunidad de
recibirla? Incluso podría ser divertido que alguien intente desprenderla de mí.
Sé que lo necesito ¡aun siendo así lo necesito! ¡Que lo que
escribo con estas manos tenga un destinatario! ¡Que esta voz entone un ritmo más
feliz! ¡Que estos pies sientan el impulso de seguir los pasos de alguien y esta
postura pueda caer sin miedo a ser presa fácil!
Infinidad de costas por un par de brazos en que dormir; la
gran deriva por un pequeño espacio de confort. Dulce ironía que ni siquiera sé
si sea para mí o si la merezco reconociendo esta dermis gris como parte de mí ser,
vistiéndola orgullosamente cuando los demás la repudian…
Quizá la extrañaría si es alejada de mi… quizá la tomaría a
escondidas por la mañana y me iría sin despedir…
Quizá pienso demasiado… quizá exijo demasiado…
Quizá la vida es mejor así, alternando entre mar y tierra…
Aún no lo sé, pero no lo arriesgaré al decidir…
Haré que valga la pena.