viernes, 14 de octubre de 2011

Misteriosamente...



Creo que lo he comprobado: lo que he estado diciendo desde hace tiempo para motivarme a seguir. Se puede ser en verdad feliz, tal vez no en cada segundo de cada día, pero si en ciertos momentos si uno tan solo se lo permite. Aun así, también sé que no solo es cuestión de permitírselo.

Una vez alguien me dijo que soy muy fácil de alegrar, y tal vez sea cierto. Últimamente me he sorprendido a mí mismo sonriendo empapado bajo la lluvia, cantando en medio de un examen que no sé cómo resolver, dibujando en una clase/martirio sin fin mientras digo tonterías y hasta deseándole lo mejor a mi “crush” del momento al verlo tomado de la mano de alguien más.

Un psicólogo me dice que he sufrido tanto que ya he desarrollado inmunidad, pero jamás podría hacerme pasar por tal mártir, aun cuando muchos puedan creerlo, yo creo que solo es que por fin encontré algo de paz en mi vida, viendo lo bueno en lo malo, y lo malo en lo bueno. Y aun cuando eso no acabe de explicar esta extraña y quizá vana felicidad, he de aprovecharla, pues ayuda, y de algún modo estoy seguro de que es real… supongo que así se siente cuando es real.

domingo, 2 de octubre de 2011

Chocolate.





Ojala nunca hubiera probado el chocolate.
Jamas haber conocido ese sabor, percibido ese aroma,
sentido esa sensación de vana felicidad
que recorre tu cuerpo cuando está dentro de tu sistema.

Dicen que mas vale haber amado y perdido que nunca haber amado,
cuando en realidad, la ignorancia es bendita.
Por que no puedes desarrollar gusto por algo que jamas has probado,
ni puedes volverte adicto a una droga si jamas la has consumido.

Es así que llego a desear jamas haber visto esa mirada,
jamas haberme sumergido en aquella conversación
ni haber dejado crecer ese sentimiento en mi interior...
ojala nunca hubiese sabido que existe el amor.