Mírate, ha pasado el tiempo y no pareces mejorar. Me
mostraría ante ti pero sé lo que mi presencia te tiende a causar: pasaste de
disculparte siempre a odiarme, y está bien, yo lo decidí así.
Y es que en serio ¡Mírate! ¡Te disfrazaste de artista para
pretender serlo la última vez que te vi y ahora…! En serio te convenciste de
serlo.
Sé que al menos te has preparado para ello, puedo ver
fuentes citables en tus influencias pero eso no es bueno para ti en realidad:
no pareces honesto. Usas demasiados adornos, tratas de ser mundano y eres
televisión de acceso público; tratas de ser profundo y eres parodia de
comercial de perfume. Pero sigues intentando y supongo debo reconocerte eso.
Tienes la determinación que quizá yo debería tener… bueno,
no exactamente, definitivamente no creo en tus métodos pero el punto es…
mírame, sigo atrapado en la misma situación que antes.
Me sirvió mucho verte como ejemplo de lo que debería evitar,
quizá ahora deba hacer lo mismo sobre lo que debería hacer. No, puedes estar
seguro de que no completamente, aun encuentro demasiado estrafalario tu estilo
y además, creo ya haber encontrado uno propio.
Como sea, gracias y mucha suerte… ¡gracias a Dios y suerte que
no terminamos juntos! así podemos encontrar nuestro propio camino.