viernes, 17 de abril de 2015

Domando dragones









Quizá es solo una espina que necesitas sacar, o quizá meterte. En cualquier caso, puedes contar conmigo.

Tranquilo, no hay nada malo en ello, y de cualquier forma nadie tiene porque saberlo. No pretendo que tu cabeza decore mi sala de estar, lucirte en mis noches de fiesta o que seas las botas soportando mi andar. Ni siquiera busco el tesoro que cuidas, aunque sería interesante saber que es.

Puedes bajar tu guardia dragón, sé muy bien como es, conmigo no tienes que ser tan fuerte. ¡Oh no! ¡Yo sé que eres fuerte! Pero ¿acaso no te vendría bien un descanso? Podemos tomarlo juntos.

Si alguien nos ve puedes culparme a mí, di que te engañé, que solo intentabas someterme en tu deber… que bebiste demasiado anoche. No me importa, mientras lo haga más fácil para ti.

Solo ven aquí dragón, extiende tus alas y relájalas luego. Respira hondo, deja salir ese fuego… cierra tus ojos.

Tu secreto está a salvo conmigo.