lunes, 18 de abril de 2016

Al principio y al final de la sucesión de un punto.







Sé que soy difícil, por eso intento negociar, dejar mi postura, encontrar un punto medio. Tú eres más simple, siempre veo a través de ti, e igual me lo complicas siempre.

Yo ansiaba por derribar estos muros, dejar las emociones libres para ese alguien… y hete aquí, guardando todo herméticamente.

Aprendí a ser paciente, que el cambio se da lentamente como el crecimiento de una planta. Tú quieres besar un sapo y se convierta en príncipe al instante.

Yo prefiero la realidad, saber la verdad aunque duela, que si necesitas algo no puedo dar vayas a conseguirlo a mis sabiendas; tu prefieres pretender todo está bien, lucir felices y satisfechos estando el otro presente, buscando festines tan pronto está ausente.

Mi cabeza es cruel a los detalles, la mínima diferencia hace a algo diferente; la tuya es tajante, si la base es la misma, el resto también.

Yo no olvido, pero he dejado ir. No necesito tener esto presente.

Tú olvidas, pero no dejas ir, el sentimiento te trae lo malo de vuelta muy constante.

Somos muy diferentes, y con esto no implico mejor o peor; que encajemos o no; que nos atraigamos o repelamos, ni siquiera lo obvio que simplemente no somos iguales pues es al grado de estar en los extremos de una línea que jamás se volverá circular.

Nos complementamos como el bien el mal; hasta peleamos igual.

Sin embargo… no estoy seguro alguna vez hayan estado juntos.

Para mí, es una cuestión lo suficientemente interesante para averiguar… para ti pues… una vez más…

Somos muy diferentes.