“¡¿Por qué diablos querría unirse a ellos?! ¡Son todos
iguales! ¡Producidos en serie para la mediocridad! No hacen nada interesante y
si lo hacen solo es para su autodestrucción.” Expresó la figura a la
derecha con desprecio; desprecio notable en su expresión que destacaba sobre un
traje negro.
“¿Puedes culparlo?
Ellos son más, y parecen encajar muy bien, a pesar de sus defectos siempre es
así.” estableció la figura a la izquierda, apacible y reflexiva en su
atuendo blanco; físicamente idéntica a la anterior.
“¡Pero por supuesto que encajan! ¡Todos viven en su
pequeño mundo cuadrado! son como cubos de madera que hasta un idiota podría
acomodar.”
“Al menos forman parte
de algo. Pueden ser como dicen: un ladrillo en la pared. Es cliché, pero el
punto es que pueden ser productivos.”
“Pared, como si pudieran tener tal orden; aspirar a las
alturas sin matarse a si mismos. Son ladrillos, tal vez, pero del camino
amarillo destinado solo para unos cuantos.”
“No…” interrumpió
por primera vez la figura al centro, sentada en posición de loto entre las
otras dos, sereno, vestido de gris, mirando perdido a la distancia. “Son cajas; cajas que pueden abrirse…”
“¡Por supuesto! Gira la palanca, escucha la música y
espera a que el bufón te salte a la cara…”
“Entiendo el punto:
liberarlos de su prisión; sacar el potencial que tienen.”
“¡Es un riesgo estúpido e innecesario! Son necios, no
querrán salir de ahí.”
“Tal vez, pero no
pierdo nada intentándolo”
“¡Suerte abriéndolas todas héroe!”
“Muchos de ellos
fueron prácticamente obligados a entrar ahí; otros simplemente no han conocido
algo más. Si están conformes fuera de ese pequeño espacio ayudaran a sacar a
otros… y si… no hay nada que perder. Es algo que puedes hacer siguiendo tu
camino.”
…
“Al menos así nuestra existencia tendrá un poco más de sentido.”