“Todo es más fácil cuando uno puede hacer lo que más le plazca”.
¿Entonces por qué rayos no me es todo más sencillo?
Estuve ahí con toda la gama de opciones, solo una excepción.
Podía ir a donde quisiera… en teoría. Y fue tan difícil decidir. ¿Qué es más
simple? Estar restringido a un solo camino y saber que no es tu culpa, que es
solo como debe ser; o estar en el cruce de un sinfín de senderos y saber, que
no todos son el correcto, y que si te equivocas, nadie más tiene la culpa. Solo
tú.
Siempre he dicho que mejor me culpo a mí mismo e intento
hacerlo mejor la próxima vez. Pero igual… no es sencillo.
¿Qué opción tengo?
Es lo que me pregunto ahora y la respuesta que tengo es la
que necesitaba antes:
“Eres tú, puedes hacer lo que te plazca”.
Y por más que agradezca la fe y el ánimo que intentan
brindar, no estoy seguro de aun poder aplicarlo… hacer lo que me plazca.
¿Qué me place? ¿Qué quiero hacer?
A este punto: escribir. Escribir todo lo que siento, lo que
he guardado y amenaza salir en el peor momento; las historias que me hacían
correr solo de niño; mi vida en sí. Quien sabe sí aún puedo lo último y en qué tiempo haré lo
primero, pero al menos sé, el potencial siempre estuvo ahí. Quiero creer sigue
aquí.
No es solo cuestión de lo que te place, una musa debe
llegar. Y no me refiero a conseguir a alguien en especial, pero una guía es
necesaria.
Ni idea cual será la mía pero he aprendido a no buscarla,
aprecio demasiado como ese golpe de inspiración llega a salvarme en mi vida. Después
de todo, he tenido la fortuna de que mi vida sea la peor pesadilla de un escritor:
Una página en blanco.