miércoles, 29 de febrero de 2012

Entre conciencia y doppelganger: mea culpa.



“Entiendo que te sientas así pero…”

“¡Yo no! ¡Simplemente no puedo hacerlo! ¡Sabemos que es un idiota! ¡Hasta él lo sabe y admite!...” La figura de blanco se interpone entre el acorralado de gris y el energúmeno vestido de negro.

“… jamás debiste confiar en el. De seguro hasta te llama marica a tus espaldas.” Concluyó mas tranquilo, con un tono de pesadumbre.

“No hay manera de saberlo, y aun si lo hiciera es problema de él, yo confié en el como amigo, lo que haga con lo que le dije bajo estos términos dependerá de que tan bajo quiera hacerse caer a sí mismo.”

“¿De verdad crees que le sea importante? Personas como el no tienen un buen concepto de si mismos, y tampoco están dispuestos a mejorarlo.”

“Lo se. Están consientes de sus errores, pero no hacen por corregirlos, sin embargo....”

“¡Incurable idealista! ¡No te corresponde hacer algo al respecto, aun arreglas tu propio desastre, no necesitas el de alguien mas!”

El personaje en gris calló y dio la espalda. El de blanco se acercó gentilmente.

“No puedes dar mas ayuda de la que necesitas.”

“Lo se, pero esperaba que si ayudaba un poco el regresaría el gesto, y entonces yo podría ayudar un poco mas. Así en un ciclo, un ciclo probablemente sin fin…”

El sujeto de negro se acercó también al de gris poniendo una mano en su hombro derecho, mientras el de blanco lo hacia en el izquierdo.

“… supongo que esperé demasiado, así que no culparé a nadie mas”.


lunes, 20 de febrero de 2012

Vago recuerdo.



La niebla cubrió de repente el horizonte, amenazando con su presencia, mucho más densa de lo que había sido antes. Sabía el peligro que podría representar, pero realmente esperaba que el viento cambiara de dirección, que pudiéramos seguir juntos… solo 2 pájaros en el alambre.

“Deberíamos irnos”

“Aquí estamos bien” nos relajaste, y de repente todo cambió, entre la blanca atmosfera ya no estabas ahí. No quise arriesgarme a buscarte, no tenía caso estando así. Y la niebla siguió, entre no poder ver nada mas, el recuerdo seguía ahí. Después el frio tomo acción, entre sus brazos dormí y al despertar el sol brillaba otra vez… solo faltabas tu.

El suceso quería persistir en mi cabeza, en nuestro cable, en las plumas que dejaste y en ese ambiente nuboso y lúgubre que parecía seguirme, aun cuando sin darme cuenta poco a menguó.

Jamás volviste, quizá jamás lo harás, pero sin darme cuenta encontré el remedio perfecto para esta clase de situaciones; dejar ir en pequeñas dosis, aun cuando te fuiste de golpe, tu recuerdo no, y no se ni como lo hice pero hoy quiero darte gracias… si esto sigue así no se si me acordare de ti… quien quiera que seas…

Un día solado, pero creo que la lluvia se acerca.


viernes, 3 de febrero de 2012

Ese centavo.



Lo encontré como muchas cosas en la vida: sin esperarlo en realidad… al menos no en ese momento.

Caminando perdido en mis cavilaciones lo divisé a pesar de la distancia, destacando con un brillo peculiar. Brillo que aun siendo para mi muy obvio nadie más parecía notar.

Odio esa sensación, de al instante entrar en expectativa; de crear todo un plan en tu cabeza con lo que podría pasar, aun sin tener alguna garantía.

Muchas veces llega alguien mas antes a tu objetivo rompiendo toda la fantasía. Pero ese no fue el caso esta vez.

Seguía ahí cuando llegué, brillando de la misma manera, pero era y no era lo que esperé. Estaba ahí para mi, pero por razones que ni el parecía controlar no pudo darme lo que buscaba… lo mismo que ese trébol de 4 hojas. Pero creo que al menos algo pude hacer.

Digamos que no encontré el centavo de la suerte, pero al menos pude darle la vuelta para que lo sea para alguien más. Dos de tres son muy felices al menos, y supongo algún día me tocara a mi.