Pocas cosas son tan irónicas como el miedo y la esperanza.
Salvándonos en ciertas ocasiones, maldiciéndonos en otras.
Miedo, terrible bestia que nos arrincona. Que nos hace
alejarnos de él y todo lo que pueda tener cerca.
Suelen decir que solo los débiles se dejan dominar por él;
que se debe tener la fuerza para hacerle frente y pasar a través. Pero la bestia, por irracional que parezca,
siempre tiene una razón de ser. No hay forma de saber porque es tan agresiva. Oh
si, que fuerza deben de tener los que la enfrentan, disfrutando caer sin paracaídas,
caminando tranquilamente entre las llamas… de seguro su fuerza es tan grande
como su inteligencia.
Por otro lado, la esperanza: siempre la hermosa musa que
nos incita a seguir. A continuar hacia adelante sin rendirnos; dar lo mejor de sí.
Tan asociada a los luchadores, si, como buena mujer que es, jamás querrá vernos
sufrir, siempre estará ahí para apoyarnos, pero como blanda que es, jamás será honesta
con nosotros, siempre te mantendrá siguiendo adelante solo para hacerte sentir
bien… evitando que mires abajo esperando que eso te salve de caer.
Puedes elegir el lado que quieras y de qué modo piensas
vivir en él. O puedes actuar como dicen del hombre sabio "… no se une a ninguno
de los dos lados, pero usa ambos para su beneficio". Admirar a la musa
mientras te cuidas de la bestia; caminar paso a paso con prudencia.
(Segunda imagen tomada del tarot de Crowley. Arcano XIV: Arte)
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