miércoles, 17 de abril de 2013

Crecerán aunque los vigiles.






Me gusta decir las cosas sin tener que decirlas, porque solo así no pueden negarse. Porque solo así, sabes que tienen fuerza suficiente para salir y ser honestas… para vivir como un hecho por su cuenta, no como una historia que tengas que mantener.

Trato así a mis sentimientos porque no son algo que yo haya creado. Nacen en mí y de mí, pero no por mí; tienen voluntad propia, crecerán sin importar lo que haga. Sin importar que tan bien los esconda buscaran la luz como una planta, y seguirán y seguirán hasta envolverme por completo… a menos que les de una forma.

No, una vez que ven la luz son más como un niño, un niño con un gran capricho a cumplir sin importar si está bien o mal.

Siendo el padre de ese niño ¿cumplirías ese capricho?

Yo crecí con la idea de que todo en esta vida sabe mejor cuando te lo ganas; cuando te esfuerzas por ello, y al final, es así de igual manera como tendrás que sobrevivir eventualmente.

Trato que estos sentimientos crezcan con la misma idea, así van con calma y no tienen riesgo de correr y caer por su euforia. Aún pueden decepcionarse si su esfuerzo no da frutos, lo sé, pero quien sabe, quizá eso los motive a trabajar más arduamente.

Así que aunque pienses quedarte, no les des todo tan fácilmente... no lo tomarán, les gusta saber que se merecen lo que tienen, y que han sido merecidos también. 



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