jueves, 8 de agosto de 2013

Casa de los espejos.




“Sabía que te encontraría aquí”

Dice ella girando hacia el entre los espejos. El solo sigue ahí, sentado sobre el suelo con las piernas cruzadas entre sus brazos, mirando su reflejo en los múltiples paneles de la atracción.

Se sienta junto a él; ninguno dice nada por unos instantes.

“¿Por qué siempre huyes a este lugar?”

“Perspectiva” responde solemnemente “Siempre busco distintas perspectivas para ver algo y aquí puedo hacerlo literalmente, además, nadie viene a estos lugares actualmente.”

Ella piensa por un momento, entendiendo el mensaje entre líneas.

“Supongo que debe ayudarte a entender ambas partes, y a ver todas tus opciones pero ¿No hace más difícil decidir?”

El solo asiente con la cabeza baja, lamentando el que tuviera razón.

“Pero así solo queda en mis manos, y si algo no funciona, puedo culparme a mí mismo por tomar la decisión incorrecta y hacerlo mejor la próxima vez”

Su compañera vuelve a los espejos repasando aquellas palabras mientras el silencio crece otra vez. Pasando por cada proyección de los diferentes ángulos, pensando como aun así, pueden faltar infinidad de otros entre cada uno, por leve diferencia que tuvieran. Hasta ver la expresión cabizbaja en el rostro del joven.

Lo golpea con el codo jugando y sonríe.

“Estas loco”

El ríe ligeramente mirando al suelo.

“Supongo que no puedo discutir eso”

Al mirar de nuevo arriba ella está de pie ofreciendo su mano y una afable mirada. El solo sé pone de pie sin hacer caso.

“A pesar de todo aún pierdes una perspectiva…” seria esta vez; el no parece entender.

“… no te ves a ti mismo como los que te apreciamos te vemos”

Y solo se va, como hace alguien después de dar su ultimátum.

El mira de vuelta a los espejos, sin hacer más por unos instantes y corre detrás de ella.



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